Markaris y la novela mediterránea

Hoy voy a hablar un poco sobre los libros de Petros Markaris.

Lo descubrí de forma casual, en una época en la que yo estaba muy interesada por Grecia.
Aquel invierno de 2013 escuché todas las novelas de Markaris con verdadera ansiedad.

En ellas, presentando siempre un asesinato, el personaje que conduce todas sus novelas es Kostas Jaritos, un inspector de la policía. El enfoque de las novelas siempre es similar: un asesinato, las investigaciones de Jaritos, Jaritos intercalando la investigación con sus problemas familiares. Tiene una hija. La cocina griega, los boquerones con limón, el cordero, las islas, las excursiones, los paseos, los paseos por Atenas, la descripción de los distintos barrios, y siempre un personaje que muere, que después en la trama casi siempre se descubre que ha muerto por un castigo. Un castigo por su vida anterior: constructores que se han enriquecido, defraudadores del fisco, temas relacionados con las guerras griegas,… normalmente son personajes que en el momento de su muerte llevan una vida normal, integrados en la sociedad, pero son razones de tiempos anteriores las que les persiguen.

Se intercalan temas de inmigración, comunidades como los albaneses que tienen mucha presencia en Grecia, o armenios como él.

Todas las novelas de Márkaris me han gustado mucho.
En 2014 participó en Valencia Negra.
Y tuve la ocasión de que me firmara un libro y hablarle de mi admiración por su obra.

Buscando novelas de intriga leí poco después las novelas de Montalbano, de Andrea Camilleri. Me pasó como con Markaris, las escuché todas de un tirón.
Las novelas de Montalbano se sitúan en Sicilia e inevitablemente me recuerdan a las de Jaritos. Asesinatos por temas de drogas, constructores, rencillas de la guerra,… y también las he disfrutado mucho.

Las recomiendo porque a las personas que les guste la novela negra les van a entretener, porque son novelas que representan escenas habituales de la actualidad, y casos que escuchamos todos los días en el telediario. Lo que hace que te metas más en las tramas.

Además de estar muy bien escritas, se leen rápido y son muy amenas.

Con todas estas novelas que estoy leyendo me siento más cómoda que con las novelas de escritores del norte de Europa. Quizás por el carácter, por las situaciones.

Leí la saga Millenium y me pareció muy interesante. Pero reflejaba una sociedad muy cruel y muy complicada. Las escuché con atención pero para pasarlo bien leyendo un libro prefiero a los autores mediterráneos.

Libros para una convalecencia

En 2019 me detectaron un cáncer de pecho y desde primavera hasta entrado diciembre he estado en tratamiento.

Me pilló el diagnóstico leyendo Bajo el volcán, libro que no pude terminar, cosa rara porque suelo terminar todos los libros aunque no me gusten.

Después intenté leer, me dormía, retomaba los audios,…

En septiembre retomé el escuchar libros y busqué libros que me fueran gratos y rápidos de escuchar. Y recurrí a los de siempre.

De Márkaris escuché dos libros:

Próxima estación, Atenas, uno de sus últimos libros, que cuenta un recorrido por Atenas en metro, describiendo estaciones, barrios, cómo eran cuando se instaló el metro, cómo son actualmente.
Y luego otro de su estilo, de asesinatos y misterio, Universidad para asesinos. Este es el clásico de Márkaris. Se suceden una serie de asesinatos en la universidad, y Kostas Jaritos intenta averiguar las razones de los asesinatos, mezclando la trama con imágenes costumbristas, su casa, sus comidas,…

Después escuché dos libros de Andrea Camirelli. Ninguno de los dos es de su inspector Montalbano.

Primero El movimiento del caballo. Como en muchas novelas de Camirelli (y también de Markaris), la historia se desarrolla a partir de un problema en un pueblo: malas contabilidades del grano en un molino, un asunto de faldas, hasta que se resuelve el caso. En este caso se sitúa en un pueblo de Sicilia, en el s. XIX. Un libro entretenido, muy del autor.
Y luego leí un libro completamente distinto. La captura de Macalé narra la historia de un niño en la época de Mussolini. Una sociedad cerrada en la que él es víctima de todos los que le rodean, la conducta de su madre, la conducta de su padre, las conductas sociales, las actividades que le hacen hacer, que él piensa que le convierten en un salvador de la patria pero que realmente lo convierten en un personaje terrible.
Me ha parecido un libro interesante de leer.

El siguiente libro lo descubrí a través de su autora, que me lo recomendó por Twitter. El típico mensaje directo que te llega de la autora porque tú has escrito un tuit con un hashtag. Cristales en el cielo de Manhattan es un libro que tenía buenos comentarios en Twitter pero del que no quise dar mi opinión a la autora cuando lo terminé. Aquí escribo una opinión discreta: si me hubiese decidido a dar mi opinión a la autora le habría dicho que se documentó muy bien para escribir la novela: buscó hechos históricos que pueden ser interesantes en una ficción, desde el naufragio del buque Andrea Doria hasta atentados en la ciudad de Nueva York. Pasando por todos los gánsters, mafias, y clubes de la época; pero la protagonista es demasiado maravillosa, demasiado sexo para mi gusto, demasiado poco creíble… bueno esto es lo que le diría a la autora, pero no se lo voy a decir. Ha sido un libro que no he disfrutado.

Luego leí Yo Julia.
Yo Julia es un libro del mismo estilo de otros de Posteguillo, en el que desarrolla la novela alrededor de la vida de un personaje histórico. Mi marido se ha leído varios, es un autor que le gusta, pero esta era mi primera vez con Posteguillo.
Yo Julia se lee rápido aunque es largo. Está documentado, bien explicadas las dinastías. Me pareció un libro entretenido sin más, un libro actual.

Después leí un libro de Richar Ford, autor del que ya había leído hace un tiempo Canadá, un libro que disfruté muchísimo y que encabeza mi lista de favoritos de 2018.

Entre ellos (Between Them: Remembering My Parents) es la unión de dos relatos escritos con una diferencia de 30 años. En el primero, tras la muerte de su padre, Richard Ford hace un recordatorio en el que narra cómo eran las costumbre de su padre y algunas vivencias. Y en el segundo relato, escrito 30 años después, que son los años que ha sobrevivido su madre a su padre, habla de la relación con su madre, de su vida cotidiana y de cómo termina sus días.
Este libro me llevó a cuando leí Ordesa, de Manuel Vilas. Había oído hablar de él, lo ponían como un superlibro, pero a mí no me gustó tanto.
Encontré un paralelismo entre ambos libros porque en Ordesa el autor habla de su niñez, de sus padres, de la sociedad en la que vivían, y luego cuenta su vida hasta el momento en el que está escribiendo el libro.
Pero sin duda me gusta más el de Richard Ford, porque en Ordesa, a pesar de ser un libro que está muy bien escrito, cercano, que habla de lugares familiares, su pueblo, etcétera, el autor acaba convirtiendo todo en victimismo: Su infancia, su juventud, su trabajo, su vida actual… yo creo que, como dicen algunos, se lo tendría que hacer mirar.

Después leí Sidi de Pérez Reverte. No voy a decir que sea un gran libro, de un gran trabajo, no sé si coincidirá lo que se narra con los hechos reales, pero es un libro que leí a gusto, me gustó y lo escuché de una tirada.

También he leído en esta época Terra Alta, de Cercas. Era el premio Planeta de este año y lo habían casi destripado en la radio y en entrevistas. Toca todos los puntos que puede haber en esta sociedad nuestra a través de la vida de un hombre. Una juventud no bien llevada, la cárcel, problemas familiares, atentados, su matrimonio, un asesinato confuso, un personaje de la guerra civil,… como digo, creo que toca todos los puntos, no se deja ninguno. Se lee rápido, yo diría que un premio Planeta para vender en Navidades, no mucho más.

Después escuché, a trancas y barrancas, Los Romanov, de Simon Sebag Montefiore. Es un libro muy muy documentado, nombres, personajes, describe al detalla la corte alrededor de los zares, de los Romanov. Se me hizo largo. Te van contando sadismo, guerras, hasta que llegas a las últimas épocas de Nicolás II, su vida como zar, el asesinato de su familia,… en esta parte de la novela te acerca más a las cortes europeas, parece que te centras un poco.

Y ahora me he puesto a leer Homo Deus, la segunda parte de Sapiens, de Harari.
Sapiens fue un libro que me gustó, me agarró la primera parte, aunque hablara de cosas que sabes, los Neandertales, los Sapiens. Pero se me hizo pesado cuando entra en la parte del desarrollo del hombre, a partir de la edad moderna, desarrollo económico e industrial,… no sé qué pasará con este.

Offshore, de Petros Markaris

Offshore, de Petros Markaris

Esta nueva novela de Markaris, publicada en 2016, me vuelve a reencontrar con el policía Kostas Jaritos. Este inspector que me ha llevado a vivir los problemas griegos a través de sus indagaciones y vivencias personales, sabias conclusiones que nos aproximaban en nuestras crisis como dos gotas de agua.

El guión de esta nueva novela es similar al de las anteriores: costumbres, comidas, ciudades queridas por mí, vida familiar, tabernas, etc…

Tres asesinatos. Culpables que casi obligan a ser detenidos y una pregunta que revolotea en el ambiente ¿de dónde sale el dinero que aflora en Grecia? Coches, restaurantes llenos, nuevos barcos, promesas de subir sueldos y sobre todo, un buen trabajo para Caterina, su hija.

Los asesinados, un funcionarios del puerto deportivo del Pireo. Un poderoso armador griego que se resiste a traer su empresa de Louches a Grecia.

Y por último un periodista ya jubilado, habitual en todas las novelas de Petros Markaris, Costas J., que llega muy lejos en sus investigaciones y al final te deja con una duda en tu imagen de Jaritos.

Un interlocutor anónimo le explica dónde está la línea que separa los políticos y el dinero, la justicia, el negro y el blanco.

Como todos los libros de P. Markaris, ameno, ligero, interesante, no puedes dejar de escucharlo.