Esta nueva novela de Markaris, publicada en 2016, me vuelve a reencontrar con el policía Kostas Jaritos. Este inspector que me ha llevado a vivir los problemas griegos a través de sus indagaciones y vivencias personales, sabias conclusiones que nos aproximaban en nuestras crisis como dos gotas de agua.
El guión de esta nueva novela es similar al de las anteriores: costumbres, comidas, ciudades queridas por mí, vida familiar, tabernas, etc…
Tres asesinatos. Culpables que casi obligan a ser detenidos y una pregunta que revolotea en el ambiente ¿de dónde sale el dinero que aflora en Grecia? Coches, restaurantes llenos, nuevos barcos, promesas de subir sueldos y sobre todo, un buen trabajo para Caterina, su hija.
Los asesinados, un funcionarios del puerto deportivo del Pireo. Un poderoso armador griego que se resiste a traer su empresa de Louches a Grecia.
Y por último un periodista ya jubilado, habitual en todas las novelas de Petros Markaris, Costas J., que llega muy lejos en sus investigaciones y al final te deja con una duda en tu imagen de Jaritos.
Un interlocutor anónimo le explica dónde está la línea que separa los políticos y el dinero, la justicia, el negro y el blanco.
Como todos los libros de P. Markaris, ameno, ligero, interesante, no puedes dejar de escucharlo.
Este libro, leyendo su contraportada, nos dice que era la 12ª edición, traducido a 9 idiomas.
Cuando empecé a leerlo me pareció un libro un poco monótono, pero hoy al terminarlo puedo decir que me parece que es una gran novela, en la que se plasma la lucha del hombre contra el hombre, nos cuenta cómo el hombre a través de la historia siempre ha sufrido la persecución por sus ideales, siempre ha existido una jerarquía, quién manda, quién tiene que obedecer, quién está esclavizado.
La acción se situa en una pequeña aldea de Asia Menor, en 1922, en una zona sometida por los turcos y donde todos los años se representa, se escenifica la pasión de Cristo, no solo por motivos religiosos sino también por motivos festivos aunque se eligen personajes que cuadren por sus características con los protagonistas de La Pasión.
En este pueblo en el que transcurre la novela se reflejan tanto los poderes políticos como los religiosos, la convivencia del pueblo con los turcos que son los que ostentna el poder político.
Por sus creencias religiosas los habitantes de la aldea rememoran la pasión de Cristo durante toda la Semana Santa, y para ello eligen a los jóvenes de la aldea para representar a Cristo, Judas y el resto de los apóstoles, María Magdalena,…
Con esta circunstancia, cuando se está realizando la elección de los que van a representar la pasión de Cristo, llegan a la aldea griegos expulsados de sus tierras por los turcos, y es entonces cuando sucede toda la acción.
El grupo de jóvenes que iba a representar La Pasión se vuelcan en ayudarles. Se plantean una serie de circunstancias que hacen que los jóvenes se involucren tanto en los personajes que van a representar, que lleva a vivir momentos de mucha violencia, de amor al prójimo que desembocan las pasiones de las personas que representan el poder en el pueblo,… salen a la luz las intrigas del pueblo, la riqueza de unos y la pobreza de otros, los oscuros negocios del poder y sus vicios, y en esta trama los personajes asumen el papel que representaron los apóstoles.
En algunos momentos me ha costado leerlo porque hay muchos tramos de la novela en los que se repite mucho la parte mística de los personajes que para nada eran personajes religiosos y que creen estar formando parte de la vida de Jesucristo.
Estos soliloquios que en su momento, escuchándoles me resultaron pesados, una vez terminada la novela me han hecho reflexionar. Y recapacitando sobre lo leído ves como la historia se repite, como los pueblos se persiguen, cómo actúan los que mandan, cómo influyen las religiones,…
Realmente sí que considero que es una novela que hay que leer. El mensaje del libro y la disposición de él me han parecido muy interesantes.